Argelia Baires una mujer que encendió luciérnagas

Argelia Baires una mujer que encendió luciérnagas

Por Alejandro Quiñoá Casteleiro, Delegado ACPP Galicia y ACPP El Salvador.

“Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.”

Inauguración_CasaMujer

Con estas palabras, de la nicaragüense Gioconda Belli, cerrábamos el acto de inauguración de la Unidad de Atención a la Mujer del municipio de San Pedro Masahuat. Corría marzo de 2009. El proyecto ejemplificaba el punto de madurez en las políticas de equidad y atención a la mujer de este municipio salvadoreño. Era un sueño para las 47 luchadoras que formaban la Asociación de Mujeres de San Pedro Masahuat (ASOMUSA). Un punto y seguido en un proyecto que empezaron, apenas unos años antes, y que a día de hoy sigue aunando los esfuerzos de superación de las mujeres del municipio.

En ese acto conocí a Argelia. Era una más de esas 47 mujeres que habían empeñado su tiempo en sacar adelante ASOMUSA (hoy son cerca de 300). Constante, reivindicativa y coherente. Su liderazgo fue reconocido hasta el punto de convertirse en concejala de la Alcaldía. Cuando la tenías delante sabías que estabas frente a una luchadora, hablaba con dulzura pero con la convicción de quien ya ha superado muchos retos.

En El Salvador pasa a menudo. Sentarse a hablar con la gente es como hacerlo ante un libro maravilloso, uno de esos que te hacen leer con pausa para que nunca se acabe. Son vidas que, narradas, parecen varias. También lo era la de Argelia. Aquella mujer que se crió en una casa del entonces convulso rural salvadoreño, quien se rebeló ante una vida que no quería y la ataba a cuatro paredes que se le caían como una losa, quien luchó con ahínco por la vida de un hijo  al que una bacteria le arrancaba la vida, quien organizó a las mujeres de su municipio para luchar contra las injusticias seculares del patriarcado, quien pasado los cuarenta asistía a la Universidad Nacional para seguir formándose, quien hizo de la lucha política una extensión de la social por conseguir un mundo igualitario, quien combatió ejemplarmente un cáncer de mama (la segunda causa de muerte de mujeres en El Salvador).

Quien esto escribe se reconoce luciérnaga encendida por la vida de tantas mujeres que he conocido, Argelia una de ellas. Nuestro homenaje será seguir su lucha porque, como cantaban las y los compas del FMLN en La Milonga del Fusilado “sepan que solo muero/ si ustedes van aflojando/porque quien murió peleando/vive en cada compañer@”.



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