Página 2 - Boletin ACPP Febrero2015

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ACPP desde 1990
B O L E T Í N
lo que hacemos mes a mes
contra la desigualdad, redistribución
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3/2015 Actividades de febrero
el “Barco por la Paz” fue un símbolo del apoyo
político a las gestiones pacificadoras del go-
bierno nicaragüense que zarpó con la vocación
de defender el derecho a la Paz y el Desarrollo
de los pueblos del (entonces llamado) Tercer
Mundo. En las bodegas, el barco transportó los
materiales necesarios para la supervivencia de
los más elementales planes de asistencia sanita-
ria, educativa… Porque la paz, sin desarrollo, es
una cáscara hueca. Porque el desarrollo es im-
prescindible para que los planes de paz tengan
viabilidad.
Los años noventa son los del desencanto social,
los del adormecimiento, los de la desmemoria
con respecto al pasado y la ceguera ante lo que
ocurría un poco más allá de nuestras narices.
Pero también son los años de las acampadas del
0,7, del despertar de una parte de la sociedad,
de las huelgas generales en las que Miguel Án-
gel participó activamente enarbolando la ban-
dera del sindicalismo de clase, una bandera irre-
nunciable que defendió desde CCOO hasta el
último día. Fueron también los años de la pri-
mera Guerra del Golfo y
de la respuesta en forma
de movilizaciones sociales.
Miguel Ángel y la Asam-
blea Pacifista estuvieron
entre los impulsores de los
movimientos de repulsa y
de ahí surge el fuego que
le permite imaginar, pro-
poner e impulsar lo que
fue su gran legado, la
Asamblea de Cooperación
por la Paz. Una organiza-
ción que es social y es polí-
tica si es que ambas cosas
pueden separarse. Un pro-
yecto que mira al mundo
de forma global y extiende su actividad por
Oriente Medio, Centroamérica, Caribe, Colom-
bia, por el Magreb y África Occidental, con el
mismo anhelo que el joven Miguel Ángel de la
primera fotografía: la defensa de un mundo más
justo y más igualitario y con el mismo brillo en
los ojos del Miguel Ángel ya enfermo de la se-
gunda: el del viejo tonto que remueve monta-
ñas. Una organización que carecería de sentido
si en su labor no se hubiera encontrado con
otras gentes, de aquellos lugares en los que tra-
baja, que luchan en pos del mismo sueño eman-
cipatorio a través de organizaciones sociales
hermanas.
Una organización que hubiera sido irrealizable
sin su presencia constan-
te, un proyecto ahora
huérfano que se ve obli-
gado a imaginar cómo se-
rá la vida sin su fundador
y su espíritu, sin Miguel
Ángel. Pero se la imagina-
rá porque Asamblea de
Cooperación por la Paz ya
es mayor de edad y tiene
preparación
suficiente
para emprender ese ca-
mino, para continuar por
ese camino de ‘los principios’ tan bien trazado.
Al fin y al cabo, el propio Miguel Ángel inculcó el
mismo espíritu del viejo tonto de la fábula: “…
después que yo muera, seguirán mis hijos;
cuando ellos mueran, quedarán mis nietos, y
luego sus hijos y los hijos de sus hijos, y así inde-
finidamente”. Asamblea de Cooperación por la
Paz cuenta con una ventaja: la fuerza del re-
cuerdo, el recuerdo de la fuerza, de “aquella voz
tendida que Miguel Ángel hizo corazón”*.
*Adaptación de un verso de Adolfo Burriel del
poema “Es el tiempo” escrito para Miguel Ángel
Blanco.
En la toma de posesión del primer Presidente de Go-
bierno del FMLN, El Salvador 2009. Fotografía ACPP.
Formación a socios y socias y futuros miembros de ACPP.
Fotografía ACPP 2004.